Crímenes contra la Humanidad

No hace mucho tiempo Tawergha era un pueblo libio tradicional situado en un oasis verde con un montón de hermosas palmeras.

En 2011, su aldea fue atacada por rebeldes y milicianos de Misrata que torturaron y masacraron a 1.300 hombres de una manera muy brutal porque necesitaban un chivo expiatorio  negro de los crímenes cometidos por Gadafi.

En la ciudad se hizo una limpieza étnica, entre 30 y 40 mil personas fueron desalojadas violentamente.

Sus casas y tiendas fueron saqueadas e incendiadas, y los edificios de infraestructura y comunitarios destruidos por los bombardeos de la OTAN.

Incluso hoy en día en los campos de refugiados de la población de Tawergha son blancos fáciles. Los rebeldes y miembros de las milicias no tienen ningún problema en introducirse en los campamentos para las filmaciones, escogiendo  personas al azar, sin ahorrar en las vidas de las mujeres, niños o ancianos y luego secuestrar a los niños y hombres para torturarlos.

Durante los últimos tres años, las diversas organizaciones de derechos humanos han escrito extensos informes, pero hasta la fecha el nuevo régimen en Libia y la comunidad internacional no ha entregado la seguridad y la justicia a estas personas.

No podemos entender y no vamos a tolerar que estas personas hayan estado sufriendo durante cuatro años, sin tener la esperanza de volver a sus casas, sólo por el hecho de tener un color de piel negro.

Somos responsables de su situación actual, de como los tenemos allí, nosotros podemos ayudar a los rebeldes y milicianos con nuestra intervención de la OTAN.

La juventud es la futura columna vertebral de una sociedad que se establece mediante la organización juvenil de Tawergha. Para que los niños y niñas de Tawergha se beneficien de los avances en Libia, para que puedan contribuir a la reconstrucción de su pueblo y su país.

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